A lo largo de su vida Antonio de la Nuez Caballero fue realizando una enorme labor de escritura. Conocía bien a sus queridas islas y de ellas, de su vida fuera de ellas, de todos los aspectos posibles dentro de ellas; escribió.
En su libro: La isla, en el cual hace referencias a todas las islas y a Venezuela, país que amaba profundamente. Describe minuciosamente y con su prosa poética: flora, orografía, mitos, culturas, pueblos y ciudades. Hace referencia a dichos típicos canarios, describe con un sentido inigualable todos los rincones de las islas.
Sabía de arte, hizo críticas de exposiciones que publicó en periódicos de las islas y en Venezuela. Editó una «Historia del Arte», que se usó como libro de texto.
En Venezuela también llevaba el departamento de publicaciones de la Corporación Venezolana de Guayana. Fue Agregado Cultural de la Embajada de España en Caracas, durante el periodo que fungió de Embajador D. Matías Vega Guerra.
Publicó en periódicos de las islas y Venezuela gran parte de sus artículos sobre las materias más diversas.
Se conserva toda su poesía inédita.
El poeta Aquiles García Brito hace una semblanza del autor, en el centenario de su nacimiento. Celebrado con un encuentro entre amigos y familiares en la Casa-Museo Pérez Galdós. Se transcribe aquí solo una parte de su discurso:
«De Antonio de la Nuez se conoce hoy La isla como la conocía yo antes de tener la oportunidad de una lectura detenida con motivo de la preparación de la publicación que hemos hecho en NACE, de la misma manera que conocemos las Noticias de la historia general de las Islas de Canaria, de Viera y Clavijo, por ejemplo. Es decir, por lo que se habla de ella, por su mención continuada tan pronto nos referimos a la literatura o cultura canaria. A partir del abordaje que mencioné arriba me di cuenta rápidamente de la dimensión enorme de esta obra y de su autor dentro de la historia de nuestra literatura y de lo necesario que se hacía transmitir generalizadamente esta verdad a nuestra comunidad, no solo por el gran disfrute literario que se obtendría de su lectura, sino para ampliar nuestra cultura propia de pueblo específico y diferenciado, y universal e igual a la vez, al resto de los habitantes del mundo, en nuestro devenir. Es por esta certeza, y aprovechando la fecha del centenario de su nacimiento, hoy veintisiete de noviembre de dos mil quince, por lo que la Nueva Asociación Canaria para la Edición se puso manos a la obra para conseguir que el nombre de Antonio de la Nuez Caballero figure con letras de oro dentro del grupo de grandes de nuestra cultura.»
José A. Alemán, habla de él en estos términos, estas palabras fueron pronunciadas en la misma celebración del centenario del nacimiento de Antonio de la Nuez. El discurso ha sido resumido:
«Hoy, viernes, 27 de noviembre, se cumplen cien años del nacimiento, en el número 105 de la calle de Triana de Antonio de la Nuez Caballero. Fue cristianado en la ermita de San Telmo. En el Instituto Pérez Galdós, tuvo de profesor a Agustín Espinosa e hizo sus primeras armas en la revista Hoja Azul. Estudió Derecho en la Universidad de La Laguna y la Guerra Civil lo llevó a hacer el curso de Teniente en Toledo. Siguió la carrera militar en la Academia General de Zaragoza e inició la de Filosofía y Letras. Fue destinado al Servicio Histórico Militar en Madrid, donde continuó Filosofía, hizo Periodismo y en 1952 don Otto Kraus lo nombró director de La Provincia. Lo que le creó problemas con el capitán general. Entonces pidió la baja del Ejército y en 1955 marchó a Venezuela. Como profesor de bachillerato en Maracaibo, creó la Revista del Zulia. Colaboró en la prensa. Coordinó durante varios años ediciones de la Corporación Venezolana de Guayana, para la que redactó sus informes anuales y tuvo tiempo de licenciarse en Filología Moderna y doctorarse en la Universidad Central de Venezuela. Regresa a sus islas y en 1973, solicitó la convalidación del título de Filosofía y Letras, sección Románicas, comenzó a dar clases de Lengua y Literatura de COU en el Instituto Isabel de España en Las Palmas y desde 1974 fue profesor tutor en la UNED. Fue el primero en solicitar la Universidad para Gran Canaria en agosto de 1945, en las páginas de Acción. De Antonio de la Nuez aprendí mucho de esta tierra y algo de cosas como la vexilología, nada menos, de las que aún no sé para qué sirven, pero que a él le divertían. Me enseñó cuanto descansa el espíritu hacer cosas perfectamente inútiles.»