EL REZO
Mis ojos sin tus ojos no son ojos
Miguel Hernández
Mis labios sin tus labios no son labios
que son dos vericuetos sin amores,
dos tristes tigres, dos fulgores,
sin luces ni calor de tactos sabios.
Mis labios sin tu piel son dos rosarios
que han olvidado el rezo de sus cuentas,
son dos bocas feroces, dos hambrientas
estrellas sin su cielo y su calvario.
Mis labios sin tus labios son dos cantos
que entonan su canción en solitario.
Ven, amor, con tu sabio elixir santo.
Sumérgete en el templo de mi cuerpo.
Despertemos al tigre de la aurora.
Recemos conjuntados nuestros sueños.