COMPROBACIÓN DE LA MATERIA
Para Acacia Uceta y Enrique Domínguez Millán
Hoy compruebas la materia:
una punta de álamo corta el aire,
el mar – horizonte a trozos – zigzaguea
entre bloques de cemento
y los niños juegan verano sin escuelas.
Hasta el aire- leche diluida- estrena
cuerpo concreto en el espacio.
Te acoges a tu forma
– manos, labios, sudor, sexo-
para decirte que eres movimiento glorioso
que anula el caos
y niega que el vacío ronde
detrás de las esquinas donde ponemos
nuestras señas y nuestros nombres.
La materia nos salva momentánea del olvido;
la materia nos hace hombres y mujeres,
seres que visten cuerpo y gesto,
seres que crean vida
y hacen real al tiempo
y concretan el espacio
aunque, a veces, se borren las huellas
y dudemos de la materia,
de la salvación por el tacto
y el sonido
y el olor
y el sabor
y esa mirada que transforma.
Hoy compruebas que dices la palabra al viento,
que la configuras y en ella te salvas
porque los otros tengan forma,
sientan el calor humano
entre tus dedos,
sientan el álamo,
el horizonte a trozos,
el ruido de los coches en la ciudad
y palpen la leche de brisa
en el espacio.
La materia vuelve a salvarte
como quien no dice voz alguna al viento.