Del que fui ya nada sé… ignoro si mi destino imitó el rumbo de las nubes o los surcos de humedad en la tierra.
Lo que queda de nosotros lo saben las fotos, los recuerdos de los antiguos compañeros, lo que vamos escribiendo…
Ni en las fotos ni en los recuerdos me reconozco. Y lo que vamos escribiendo es, si acaso, el fruto de una mentira ilusionada que llamamos “yo” (…)