Josefina Zamora Lloret

Por Covadonga García Fierro

Para Josefina Zamora (Alicante, 1920 – San Cristóbal de La Laguna, 2006), escribir un cuento “es como estar extraviada en la magia e intentar salir; creo que aun los cuentos de desesperanza se encuentran en las veredas de la magia”. Algunos de los temas predilectos de la autora son el viaje (realizado físicamente o través de la memoria), el sinsentido de la vida o el hastío de no poder vivir de otra manera, y las complejas relaciones sentimentales, en las cuales siempre subyacen relaciones de poder y sumisión. El cuerpo de la mujer es contemplado de un modo muy especial por esta narradora, que en ocasiones lo convierte en una metáfora de sumisión total hacia el hombre o, más en general, en el núcleo de una sociedad marcada por la superficialidad y por la exigencia de que la mujer sea “perfecta”. Los relatos de Josefina Zamora son directos, con un lenguaje claro, pero su maestría para jugar con los dobles sentidos y la ambivalencia del lenguaje la convierten en una escritora de relatos que siempre ofrecen más de una lectura.

Fotografía: Poldo Cebrián

Josefina Zamora Lloret es una periodista y brillante narradora,  desconocida en gran parte porque solo llegó a publicar un libro de relatos.

Estudia el bachillerato en el Instituto Pérez Galdós de Gran Canaria. Posteriormente, cursa estudios de Magisterio y se licencia en la primera promoción de Periodismo de Canarias. En 1980, publica la tesina Estudio sobre La Aurora. Semanario de Literatura y de Artes (1847-1848);  y en 1994, el único libro de creación literaria escrito por esta autora, La mirada infinita.

Josefina Zamora Lloret dedicó su vida al periodismo. Su actividad laboral se concentra en la revista El Museo Canario y los periódicos El Eco de Canarias, El Noticiero del Lunes, La Provincia y El Día.

El 27 de julio de 1980 aparece en el periódico El Día una entrevista de Ernesto Salcedo a Josefina Zamora. Gracias a este documento, conocemos algunos datos importantes sobre las influencias literarias de la autora y su dedicación a la escritura creativa: “Soy una infatigable lectora y no tengo demasiada exigencia, lo leo todo, desde una receta hasta unas estadísticas,  pero mi pasión son los escritores del siglo diecinueve. Escribo desde siempre, aunque nunca lo he hecho de manera continuada  […]. He de confesar que, ciertamente, después de escribir, siento una gran paz”. Sobre La mirada infinita,  Zamora confiesa: “tengo una colección de cuentos que no sé si alguna vez publicaré y en los que muestro un sentido catastrófico de la vida que no puedo remediar”.

Tanto en esta entrevista como en la nota biográfica de su primera publicación, el exhaustivo Estudio sobre La Aurora  (1980), Josefina Zamora hace alusión a su entrega a la literatura. Aquí se anuncia que la autora “en la actualidad prepara un libro de cuentos”. Sin embargo, La mirada infinita no verá la luz hasta catorce años más tarde, razón por la que intuye que la escritura de este libro de relatos fue fraguándose durante mucho tiempo, para dar como resultado un compendio de treinta y seis cuentos atractivos y sorprendentes.

Tras el fallecimiento de la escritora, la inmensa biblioteca privada que atesoraron Josefina Zamora y su marido, el también escritor Ventura Doreste, es donada a la Universidad de La Laguna, donde actualmente se puede consultar el Fondo Doreste-Zamora.

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