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Presencia de la ACL en el acto de homenaje a Blas Cabrera Felipe

Tuvo lugar el pasado 20 de mayo en Arrecife.

 

Antonio Lorenzo Ramos, Presidente de la Academia Canaria de la Lengua, intervino en el acto de homenaje que la Academia de Ciencias e Ingenierías de Lanzarote organizó con motivo del 75.º aniversario del ingreso del eminente físico lanzaroteño Blas Cabrera Felipe en la Real Academia Española. Reproducimos, a continuación, el discurso que pronunció:    

       

La Academia de Ciencias e Ingenierías de Lanzarote ha considerado oportuno invitar a la Academia Canaria de la Lengua a participar en este acto de homenaje al ilustre hijo de Lanzarote don Blas Cabrera Felipe. En 1936 don Blas Cabrera ingresa como miembro de número en la Real Academia Española, una institución que se creó con la finalidad expresa de limpiar, fijar y dar esplendor a nuestra lengua común, el castellano o español. Se cumplen, pues, 75 años del ingreso de don Blas Cabrera en la Real Academia y pareció lógico o coherente que la Academia Canaria de la Lengua participara en un homenaje en que se conmemora dicho acontecimiento, ya que nuestra Academia es una institución regional que tiene por finalidad el estudio y descripción de una modalidad de la lengua común, la variedad regional canaria o español de Canarias.

 

            El idioma es propiamente un conjunto de variedades regionales que, desde el punto de vista lingüístico, tienen la misma validez. Convendría recordar que en realidad nadie habla el español sino una variedad del español. Nosotros, por ejemplo, hablamos canario porque no sabemos hablar español de otra manera. No sabemos hablar andaluz ni castellano ni argentino. Y esto quiere decir que captamos la realidad a través del cristal de nuestra variedad de lengua.

 

            El canario a su vez presenta variedades internas, locales, insulares y sociales, de modo que el habla rural y la urbana, el habla popular y la culta de nuestras islas son variedades del canario. Por ello podemos decir que en canario se expresan el agricultor y el comerciante, el aprendiz y el maestro, el escolar y el licenciado, los niños y los mayores y lo usan sin solución de continuidad en la vida diaria, tanto en el ámbito familiar como en las relaciones sociales. Así que, como afirmábamos antes, el canario es nuestra forma de hablar español o, dicho de otro modo, que hablamos canario porque no sabemos hablar español de otra manera. De ahí la importancia que tiene su conocimiento y su adecuada descripción.

 

            La Academia Canaria de la Lengua se crea por decisión del Parlamento de Canarias con esta finalidad. Inscrita en el Registro de Fundaciones en mayo del año 2000, tiene como objetivo fundamental el estudio y descripción de la modalidad regional canaria de la lengua española y de la producción literaria, oral y escrita, desarrollada en el Archipiélago a lo largo del tiempo, es decir, del núcleo básico del patrimonio cultural de las Islas.

 

            Una lengua, como acabamos de ver, es un conjunto de variedades regionales, de modo que para conocer bien una lengua es necesario conocer dichas variedades. Así que, al estudiar y describir adecuadamente nuestra variedad estamos contribuyendo al mejor conocimiento del idioma español y podemos, además, verificar de paso la importancia que ha tenido el canario –primera modalidad en el tiempo del español atlántico extrapeninsular- en la implantación de la lengua común en extensas áreas del continente americano.

 

            Según los estatutos de la Academia Canaria de la Lengua, los académicos pueden ser extraordinarios o de número. Estos últimos han de ser elegidos ajustándose a las cuotas proporcionales siguientes: un tercio entre filólogos, un tercio entre escritores y un tercio entre personalidades del mundo científico, ya que no en pocas ocasiones los filólogos necesitan el asesoramiento de los científicos para la adecuada definición de las palabras, dado el paralelismo existente en el mundo real entre palabras y cosas.

 

            Una consideración semejante debió en su día actuar en el seno de la Real Academia Española para promover la candidatura de don Blas Cabrera Felipe con el fin de ocupar la vacante producida por el fallecimiento de don Santiago Ramón y Cajal. Sus conocimientos científico-técnicos le serían sin duda de gran utilidad a la Academia en la realización de sus trabajos de lexicografía. Consciente de ello, don Blas Cabrera, al comienzo de su discurso de ingreso en dicha institución, el 6 de enero de 1936, lo expresa de este modo ante los académicos presentes: “De sobra conocéis lo que puede convenir al buen éxito de esta Academia que procura el perfeccionamiento de la lengua española enriqueciéndola como instrumento de expresión de las ideas. Puesto que me habéis llamado es que algo esperáis de mi colaboración. Contad con mi firme voluntad de corresponder a vuestra distinción con la máxima eficacia de que sea capaz.”

 

            Esa sincera actitud puede motivarnos y servirnos en la actualidad como paradigma de actuación a todos aquellos que nos dedicamos al estudio y descripción de las variedades regionales del español y de sus mutuas relaciones, objetivo que, como ya hemos indicado, nos conduce a un mejor conocimiento de la lengua común, la lengua que nos une con tantos pueblos del Viejo y del Nuevo Continente.

 

            No es la primera vez que la Academia Canaria de la Lengua está presente en un acto institucional en la isla de Lanzarote. El 4 de julio de 2003, en un acto que celebramos en la Biblioteca Pública de Arrecife, tuvo lugar el ingreso en nuestra Academia del escritor José Saramago como académico honorario. Pero en esta ocasión, como he dicho al principio, ha sido la Academia de Ciencias e Ingenierías de Lanzarote quien nos ha invitado a participar en este acto en el que se conmemora, como sabemos, un hecho similar, el ingreso de don Blas Cabrera en la Real Academia Española.

 

            Yo estoy aquí en nombre de mis compañeros representando a la Academia Canaria de la Lengua y en su nombre quiero expresr mi agradecimiento a don Francisco González de Posada y a la Corporación que preside por esta invitación. Es justo y encomiable honrar como se merece a las personas que trabajaron con denuedo, eficacia y brillantez por el desarrollo científico y cultural de su pueblo. Por eso no hemos dudado en participar en este merecido y emotivo homenaje a don Blas Cabrera Felipe, orgullo de su isla y de las Islas y uno de los pilares de la renovación científica y cultural de la España moderna.

 

            Lanzarote, 20 de mayo de 2011.

 

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